A los opositores a Guardia Civil nos preocupa que el día sea lo más productivo posible y que nos permita estudiar lo que teníamos previsto. Para ello es imprescindible hacer descansos regulares. Desde Gesinpol te explicamos cómo hacer descansos que nos permitan ser más productivos y convertirlos en hábitos.
Para empezar os distinguimos dos tipos de descansos:
Descansos largos:
Son los que incluyen los fines de semana y festivos. Este tipo de descanso te permiten hacer algo más además de estudiar. Refrescan tu mente, rejuvenecen tu creatividad y te permiten recuperar horas de sueño.
Los descansos largos proporcionan un importante “reinicio” mental.
Descansos cortos:
Van desde tomar un descanso de 5 minutos cada 25 minutos mientras estudias (al estilo técnica Pomodoro y sus variantes) hasta dividir tu jornada de estudio en múltiples partes de varias horas con descansos más largos en el medio.
No prestamos suficiente atención a los descansos cortos, y cuando los tomamos, los gastamos haciendo cosas que son inútiles o incluso perjudiciales.
A cosas perjudiciales nos referimos por ejemplo a mirar las redes sociales. Si pierdes tu tiempo mirándolas en tu tiempo de descanso, estás perdiendo el tiempo y erosionando tu capacidad para concentrarte aún más y ser más productivo.
Cuando hablamos de un “descanso”, queremos decir:
Un estiramiento de 5 a 10 minutos lejos de las pantallas y los teclados que haga que tu cuerpo se mueva y que te permita restablecer el enfoque y la concentración.
Excusas comunes para no tomar descansos
- “No tengo suficiente tiempo”. Es fácil caer en esta trampa mental cuando te enfrentas a una fecha límite para una tarea. Nuestro impulso natural es “hacer que cada segundo cuente”. Pero este pensamiento está fuera de línea con nuestros ritmos biológicos naturales. Cada segundo no cuenta por igual cuando nuestra energía sube y baja. Al tomarte el tiempo para un descanso, en realidad estás recuperando más tiempo a largo plazo, ya que el tiempo que pasas trabajando tendrá un resultado de mayor calidad y podrás ser más productivo.
- “Tomar descansos interrumpe mi concentración”. Esta es una preocupación legítima. Si tomas descansos con demasiada frecuencia, de hecho, pueden interrumpir tu enfoque. Un temporizador que suena cada cinco minutos te impide entrar en el importante estado de “flujo”, tan esencial para un trabajo de alta calidad. Tienes que experimentar para acertar con el intervalo de descanso. Otra opción es tomar descansos de cinco minutos cada treinta minutos en el transcurso de sesiones de trabajo de 2 a 3 horas. Pero incluso eso varía dependiendo de cuánta energía tengas, cuánto dormiste la noche anterior y el tipo de estudio que estés haciendo. Algunas tareas requieren más concentración que otras. Ajusta la duración de tus descansos en consecuencia.
- “Un amigo me ha dicho que estudia todo el día sin parar, tengo que hacer lo mismo si quiero seguir el ritmo”. El hecho de otros lo hagan no significa que si tu la haces te vaya a funcionar. Lo mejor es estudiar de manera inteligente, no más complicada.
Consejos prácticos para tomar descansos y ser más productivos
Si no tienes el hábito de tomar descansos regulares y adecuados, empieza a practicar para acabar desarrollando el hábito.
Sigue estos consejos que te ayudarán a recordar tomar descansos y extraer el máximo valor de ellos:
1. Haz algo físico. Esto podría ser algo tan simple como dar un paseo o ponerse de pie y estirarse. Sin embargo, el simple movimiento no es suficiente: debes elevar tu frecuencia cardíaca para ser más productivo y tener un rendimiento mental máximo.
Es por eso que, en los descansos, debes tratar de hacer algo que haga que la sangre bombee. Alterna saltos, flexiones, sentadillas con peso corporal y fondos.
2. Cambia de lugar. Permanecer encerrado en la misma habitación o encorvado en la misma mesa durante horas puede volverse opresivo. Además de los ejercicios aeróbicos anteriores, puedes usar tus descansos para dar un pequeño paseo al aire libre (si el tiempo lo permite). El aire fresco te despejará la cabeza y la caminata te ayudará a resolver las partes difíciles de tu tarea y ser más productivo.
3. Haz algo mentalmente estimulante. Sherlock Holmes tocaba el violín cuando estaba atrapado en un caso difícil. Las actividades mentalmente estimulantes son una forma de restaurar nuestra mente entre sesiones de estudio.
Para tus propios descansos, hay cientos de posibilidades. Todo lo que importa es que cualquier cosa que hagas no esté relacionada con tu trabajo. Si no sabes tocar un instrumento, no te preocupes, puedes dibujar, resolver un cubo de Rubik o hacer algo que también involucre a tu cuerpo.
4. Usa alguna App (pero solo si te ayudan). Todo lo que necesitas para recordar tomar descansos es un reloj y tal vez un temporizador de cocina. Pero si lo prefieres puedes usar aplicaciones como Flipd o Focus To-Do, de estilo Pomodoro.
5. Conviértelo en un hábito. Al igual que cualquier cosa que desees hacer con regularidad, debes convertir los descansos regulares en un hábito. El objetivo final de cualquier aplicación o método que utilices es ayudar a que los descansos se conviertan en algo que hagas automáticamente.
Cada hábito tiene tres partes: la señal, la rutina y la recompensa. Formar o cambiar hábitos es solo manipular estas tres partes.
En el caso de tomar un descanso, la señal probablemente será algún tipo de temporizador que se activará. Podría ser un sonido o simplemente una ventana que aparezca en tu pantalla.
La rutina es lo que realmente haces como parte del hábito. Solo tienes que asegurarte de que la rutina no sea algo perjudicial, como visitar un sitio web que distrae o ir a la nevera a por una bebida poco saludable.
La recompensa es un poco más difícil de cuantificar (que es una de las razones por las que este hábito puede ser difícil de desarrollar). Teóricamente, la recompensa es una mayor calidad general de salud y trabajo, pero día a día son cosas difíciles de notar.
Esta es la razón por la cual, especialmente cuando crees el hábito, te recomendamos que hagas algo divertido en tu descanso. Actividades como tocar el violín o dibujar durante el descanso adquieren un valor adicional: hacen que el descanso sea algo que anhelar. Si sabes que vas a hacer algo divertido en tu descanso, prácticamente saltarás de la silla.
Cuando aplicas estos principios para tomar descansos regulares, es mucho más probable que pase de ser algo que sería bueno hacer algún día a algo que haces todos los días sin tan siquiera pensar.