¿Te suena familiar esta situación?
Estás en medio de una tarea o una conversación cuando, de repente, tu cerebro parece sufrir un cortocircuito. Tal vez olvidas una palabra o te pierdes por completo.
En ese momento te sientes como si estuvieras caminando sobre arenas movedizas. Pierdes la concentración y el mundo parece moverse más rápido de lo que puedes seguir.
Si has experimentado algo así, es posible que sufras niebla mental.
La niebla mental es un término para describir la fatiga mental. Y, dependiendo de cómo sea de grave, puede afectar a tu rendimiento cuando estés estudiando o trabajando.
Sufrir niebla mental es frustrante: sabes que puedes hacer un trabajo excepcional, pero no tener claridad mental puede ser como correr a cámara lenta. Además de eso, ponerse nervioso puede agravar los síntomas, repitiendo así el ciclo.
Lo bueno es que la niebla mental no es permanente. Al tomar las medidas adecuadas, puedes revertir los síntomas para tener una mente clara e incluso evitar que vuelva a ocurrir.
En este artículo exploraremos los síntomas, las causas y las soluciones para la niebla mental.
¿Qué es la niebla cerebral?
Antes de profundizar en los detalles, es importante tener en cuenta que “niebla mental” no es un término médico oficial, ni existe una prueba o medición para ello. Más bien, es un término impreciso que se usa para describir la fatiga mental crónica, la dificultad para concentrarse y la disfunción cognitiva.
No es una enfermedad, sino una reacción a circunstancias específicas (que explicaremos más adelante).
Sufrir de niebla mental es básicamente lo opuesto a sentirse bien, tranquilo, optimista y motivado.
La niebla mental puede robarte fácilmente la inspiración y la felicidad, al tiempo que aumenta la probabilidad de síntomas de ansiedad y depresión”.
Echemos un vistazo a los síntomas para que pueda hacer un autodiagnóstico preciso:
Síntomas de niebla cerebral
La niebla mental afecta a las personas de diferentes maneras. Es posible que experimentes uno o todos los siguientes síntomas, que pueden variar en intensidad según el día.
Estos son los cuatro síntomas más comunes de la niebla mental:
1. Falta de concentración
Cuando no puedes concentrarte, las tareas mentales pueden sentirse como un objetivo en movimiento. En lugar de ser capaz de afinar y concentrarte, tu mente se distrae constantemente, lo que dificulta hacer algo.
2. Olvido
La niebla mental puede afectar tu capacidad para recordar todo tipo de información, incluido material académico, tareas diarias como olvidar las llaves del coche o recuerdos personales como lo que cenaste anoche.
3. Fatiga crónica
La fatiga crónica se caracteriza por un cansancio extremo e interminable que no se puede remediar con descanso o cafeína.
Dado que también es un síntoma de otros trastornos, considera hablar con tu médico si te está sucediendo.
4. Aplanamiento mental
El resto de síntomas de la niebla mental se pueden clasificar en lo que llamamos “aplanamiento mental”. En lugar de sentirte alerta y activo como lo harías normalmente, te sientes apagado, aburrido, desmotivado, improductivo y tal vez deprimido.
En este estado, todas las tareas y actividades de tu día se confunden, lo que hace que parezca que estás viviendo en cámara lenta.
¿Qué causa estos síntomas de niebla mental? ¿Y qué puedes hacer al respecto? Te animamos a que sigas leyendo para averiguarlo:
5 causas de la niebla cerebral (y cómo solucionarlas)
La niebla mental es la forma en que tu cuerpo te dice que probablemente necesitas hacer algunos cambios en tu vida diaria.
Sin embargo, cuando no puedes pensar con claridad y tienes tareas y obligaciones que se acumulan, descubrir y solucionar lo que está causando confusión mental probablemente no esté en tus prioridades.
Cinco causas comunes de niebla mental (y qué hacer al respecto):
1. Falta de sueño
La falta de sueño y la inevitable fatiga que le sigue pueden ser una de las principales causas. El descanso óptimo (que es de 7 a 8 horas por noche para la mayoría de los estudiantes) juega un papel clave en la función cognitiva. Sin él, nos quedamos sintiéndonos aturdidos y estresados.
Solución: dormir lo suficiente
Los estudiantes deben dormir entre 7 y 9 horas cada noche.
Esto permitirá que tu cuerpo descanse y se recupere después de largos días de rigurosa actividad mental y física.
2. Falta de ejercicio
¿Sabías que el ejercicio aeróbico (del tipo que hace latir tu corazón) en realidad aumenta el tamaño de las partes de tu cerebro que están asociadas con el pensamiento y la memoria? El ejercicio aumenta el flujo de sangre al cerebro y se ha demostrado que mejora el sueño, estimula la memoria y reduce el estrés además de sus beneficios para la salud física.
Como puede ver, cuando dejamos que nuestros cuerpos se vuelvan inactivos por mucho tiempo, también ponemos a nuestros cerebros en riesgo de volverse inactivos. Esto puede conducir a los síntomas de la niebla mental: dificultad para dormir, deterioro de la memoria y aumento del estrés.
Solución: hacer ejercicio regularmente
Ya sea por tu cuenta o apuntándote a un gimnasio para hacer ejercicio. Tu objetivo es sudar, no importa cómo lo consigas.
3. Estrés
Cuando el cuerpo humano se enfrenta a situaciones estresantes, libera cortisol, la hormona de “lucha o huida”. Si estás opositando, por ejemplo, ya sabes que superar el estrés y la ansiedad es crucial.
Normalmente, los niveles de cortisol disminuyen cuando pasa el estrés. Pero si estás estresado las 24 horas del día, los 7 días de la semana, esas hormonas fluyen continuamente por todo tu cuerpo, lo que te dificulta calmarse y pensar con claridad.
No sorprende que algunos de los síntomas de los niveles altos de cortisol reflejen los síntomas de la niebla mental, como:
- Tener dificultades para conciliar el sueño
- Incapacidad para concentrarse
- Antojo constante de comida chatarra
Solución: controla tu estrés
Aquí tienes algunos consejos prácticos para el control del estrés, aplicables en el estudio y más allá:
- Reconoce que estás estresado y no lo niegues. Negarlo tiende a empeorarlo.
- Acepta decir no a las obligaciones que no son absolutamente necesarias o para las que no tienes tiempo.
- Habla con alguien. No tengas vergüenza en pedir ayuda a alguien o simplemente expresar tus problemas a alguien en quien confíes. Te sorprendería saber cuántos de tus compañeros experimentan los mismos problemas.
4. Mala alimentación
Si pensabas que los atracones de patatas fritas y dulces solo tenían consecuencias físicas, piénsalo de nuevo. Tu cerebro es el órgano que trabaja más duro en tu cuerpo, y si quieres que funcione al más alto nivel, necesitas darle el combustible que necesita.
Una dieta pobre que consiste en azúcar procesado (como dulces o helados), carbohidratos refinados (como patatas fritas, pan blanco y galletas) y la falta de proteínas y vitaminas puede tener un impacto severo en tu estado de ánimo, energía y concentración. Y todo esto lleva a la niebla mental.
Solución: recarga energía con alimentos (saludables) para el cerebro
Los principales macronutrientes que alimentan nuestro cerebro son las proteínas, que son los componentes básicos de nuestros neurotransmisores.
Además, los alimentos como el salmón, las nueces y las pecanas, el aguacate, el aceite de oliva virgen extra y el aceite de coco contienen ácidos grasos omega-3 que estimulan el cerebro y de los que depende nuestro cerebro para construir células cerebrales y procesar información.
Si estás buscando una solución dietética simple y efectiva, concéntrate en agregar más verduras de hoja verde, bayas oscuras, omega-3 y un almuerzo rico en proteínas.
5. Deshidratación
¿Alguna vez has notado cómo los corredores a menudo se sienten aturdidos y confundidos después de terminar un maratón?
Lo más probable es que estén deshidratados, y puedes experimentar los mismos efectos secundarios si no estás hidratado durante tus clases, trabajo y actividades extracurriculares.
Tu cerebro registra un 73% de agua. Incluso un nivel de deshidratación del 1% puede afectar la función cognitiva. Estos son solo algunos efectos secundarios de la deshidratación:
- Aumento de la fatiga
- Incapacidad para concentrarse
- Deterioro de la memoria a corto y largo plazo
- Deterioro de las capacidades de resolución de problemas.
Suena mucho a niebla mental, ¿verdad?
Solución: beber más agua
Mantenerse hidratado no se trata de beber la cantidad “perfecta” de agua (u otros líquidos que la contengan). Esto se debe a que la cantidad de líquidos que necesitas cambia según todo tipo de factores, como tu peso, nivel de actividad e incluso la temperatura.
Para mantenerte hidratado, solo has de seguir estas sencillas reglas:
- Bebe líquidos cuando tengas sed. Esto será fácil si siempre llevas contigo una botella de agua reutilizable.
- Sigue una dieta equilibrada de vegetales, frutas y fuentes de proteínas de alta calidad (que contienen agua y electrolitos).
- Limita el consumo de bebidas que contengan cafeína o alcohol.
Estrategias para eliminar la niebla mental
Puede que no haya una píldora mágica para vencer la niebla mental, pero con ajustes moderados y un poco de paciencia, puedes poner de tu favor las probabilidades de una vida sin niebla mental.
Técnicas de respiración para enfrentar la niebla mental
- Cómo: Prueba ejercicios de respiración profunda para reducir el estrés y mejorar el flujo de oxígeno al cerebro. La respiración consciente puede ser una herramienta poderosa para recuperar la concentración y calmar la mente.
2. Prácticas de mindfulness y meditación
- Cómo: Introduce rutinas diarias de mindfulness o meditación para entrenar tu mente a enfocarse en el presente. Estas prácticas han demostrado reducir la ansiedad, mejorar la atención y proporcionar claridad mental.
3. Establecer metas y prioridades
- Cómo: Organiza tus tareas diarias estableciendo metas y prioridades. Dividir grandes tareas en pasos más pequeños y manejables puede hacer que la carga mental sea más ligera, reduciendo así la sensación de niebla.
4. Técnicas de gestión del tiempo
- Cómo: Implementa técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, para dividir tu día en bloques de tiempo enfocados. Estos intervalos de trabajo seguidos de descansos pueden mejorar la productividad y mantener tu mente fresca.
5. Suplementos para la función cognitiva
- Cómo: Considera suplementos que apoyen la función cognitiva, como omega-3, ginkgo biloba o complejos vitamínicos. Consulta con un profesional de la salud antes de agregar cualquier suplemento a tu rutina.
6. Conexión social y apoyo emocional
- Cómo: Mantén conexiones sociales saludables. Compartir tus experiencias con amigos, familiares o incluso profesionales puede aliviar la carga mental y proporcionar perspectivas valiosas.
7. Descansos estratégicos
- Cómo: Programa descansos estratégicos durante el día para despejar la mente. La recreación y actividades relajantes pueden recargar tu energía mental, combatiendo así la fatiga crónica.
Ten en cuenta que cada persona es única y la niebla mental puede tener múltiples causas. Experimenta con estas estrategias y ajusta tu enfoque según tus necesidades.
La combinación de métodos puede ofrecer resultados más efectivos para recuperar y mantener una mente clara y enfocada.
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